Digitalización de libros

La digitalización de los libros, como su propio nombre indica, es pasar libros en formato papel a formato digital. Dicho así suena facil, pero si pensamos en lo que realmente conlleva este proceso estaríamos hablando de un "trabajo de chinos". Empezando por la cantidad de libros que existen y el proceso en si de transcripción de los libros, de los cuales solo se me ocurren dos, o bien escaneando mediante un programa OCR o bien una persona dictando mientras la otra escribe. Pero como ya estaréis pensando, la primera es la más lógica de las dos y de hecho es la opción que se usa, pero con maquinas potentes capaces de digitalizar 2400 páginas a la hora. Está claro que es un proceso caro y que solo empresas multimillonarias podría dedicarse a tal cosa como es el caso de Google y Microsoft.

Pero ¿Qué se saca con digitalizar los libros? Yo solo veo un objetivo claro, ahorrar, y ademas si nos llevamos el tema a la educación existirían mas ventajas que inconvenientes, pero vayamos por partes. Una vez digitalizados los libros, necesitamos un soporte, pero la ventaja del formato digital es que tan solo necesitaría un único soporte, por ejemplo un ordenador, para todos los libros, incluso existen aparatos exclusivos para esta funcionalidad como es el Kindle de Amazon, un aparato electrónico con pantalla del tamaño de un libro que almacena libros en su memoria.

Si esto se generalizara en todos los ámbitos y sobre todo en el de la educación, ahorraríamos por todas partes empezando por el papel y los arboles necesarios para producirlo. El precia final de cara al comprador se vería reducido considerablemente ya que tendriamos que quitar gastos de producción y transporte, teniendo que pagar solo el contenido del libro en si. Como ejemplo de esto podemos fijarnos en el precio de un cd en una tienda de discos (alrededor de los 20 euros) y el precio en formato digital (alrededor de 10 euros). Con una reducción de casi el 50% los padres que se quejan a principio de año por el desembolso de dinero para pagar los libros estarían más contentos y si vamos más lejos, pensemos en esos libros que no se pueden reusar de unos hermanos a otros porque han cambiado dos o tres cosas, con una simple actualización podrían tener la última edición del libro. Incluso el estado podría financiar los ebooks (libros electrónicos que han sido digitalizados) de la misma forma que financia los libros en primaria y ESO en colegios públicos ampliando su cobertura. Y si cada alumno tuviera un lector de ebooks como el mencionado anteriormente sus espaldas se lo agradecerían, ya que tan solo tendrían que transportar uno con todas las materias y no esas gigantes mochilas como la de la imagen que pueden causar daños en su espalda.

La única parte negativa que encuentro en este método de utilización de libros es la integración de los mismo en las escuelas. Por norma general a las generaciones más jóvenes les cuesta menos adaptarse a las nuevas tecnologías, y es por esto que los alumnos no tendrían casi ningún problema. Pero la dificultad viene en el profesorado y más concretamente en el perfil del profesor mayor y estancado en su método de enseñanza, también válido, pero obsoleto y sin concordancia con la sociedad actual.

Para finalizar quiero hacer un llamamiento para la actualización de los métodos de enseñanza, ya que muchos de ellos ofrecen ilimitadas posibilidades que no son aprovechadas a favor del aprendizaje de los alumnos, que al fin y al cavo, es lo más importante.